La Base de la Salud

Cuando el cuerpo se mantiene balanceado, gozamos de buena salud. El cuerpo pierde el balance por dos razones: el estrés [ referirse al post anterior ] o la por digestión impropia. Cualquier cosa que introducimos al cuerpo debería ser con la intención de nutrirnos. La comida en sí no sólo contiene calorías sino también información para cada célula del cuerpo que le indica al ADN cómo se tiene que expresar, cómo convertir la energía, y cómo debe ser usado para producir nuevas células, tejidos, huesos, etc.

 

Todo lo natural lleva inteligencia propia que se comunica con nuestro cuerpo y contiene en sí características que ayudan a nuestros sistemas a funcionar con eficiencia; si no estamos gozando de buena salud, el problema está o en la calidad de nutrientes que introducimos, en nuestros hábitos, o en la fuerza de nuestro sistema digestivo.

 

La fuerza del sistema digestivo forma la base de nuestra salud. Cuando el cuerpo no puede digerir bien por ejemplo, por combinaciones incorrectas, o porque estamos consumiendo algo altamente procesado, lleno de químicos, colorantes, preservativos o simplemente sin propiedad nutritiva que el cuerpo no reconoce, el proceso de utilizar la comida para nuestro bienestar falla y realmente no nos nutre. Por ejemplo, el rejuvenecimiento falla cuando la calidad de la comida no es de la mejor porque afecta la conversión de células saludables, haciendo que nuestros órganos no se recuperen del desgaste diario. 

 

La comida que consumimos todos los días debe ser de la mejor calidad posible; orgánica, entera y sin agrego de muchos ingredientes. Recuerda que somos lo que comemos. Si no nos sentimos bien, tenemos sobrepeso, estamos envejeciendo prematuramente, nos falta la energía, tenemos dolores en el cuerpo o nos quejamos que no nos sentimos bien, lo primero que debemos hacer es fijarnos en nuestra dieta diaria. Debemos ingerir alimentos frescos en la condición más cercano posible a como lo conseguimos en la naturaleza. Lo que viene directamente de la tierra contiene información no solamente en forma de vitaminas y minerales, sino también información de cómo ser utilizada por nuestro sistema para sostenernos y sanarnos. Si queremos ingerir un poco más de vitamina C para evitar un resfriado, es mejor elegir frutas o vegetales altos en vitamina C directamente en vez de consumirlos a través de un producto procesado como una pastilla. Estos productos procesados, tal como complementos, pastillas, comidas empacadas, o productos de conveniencia como polvos de proteína, no son reconocidas como alimento por nuestro sistema ya que les falta información, y tampoco son digeridos apropiadamente. Hay que enfocarse en comidas enteras y llenas de todo su potencial tal como aparecen en la naturaleza. Cuando el cuerpo no reconoce algo altamente cambiado, no lo absorbe bien y no nos sirve. Puede que tampoco sepa eliminarlo, formando un ambiente tóxico y pesado en nuestro interior. Un cuerpo que no puede absorber ni eliminar bien se estanca, se vuelve ácido, y nos trae un montón de molestias e desbalances que desmejoran nuestra salud.

 

Afortunadamente, estamos en control de nuestra salud y hay varias formas fáciles de ayudar al cuerpo a digerir con eficiencia. Haciendo ajustes sencillos en nuestros hábitos pueden traer grandes cambios con un esfuerzo mínimo.

 

  • Empiece cada día con una taza de agua caliente. Esto hidratara el sistema y ayudará a eliminar toxinas estancadas en el sistema. Se puede agregar limón. 
  • Elija comidas frescas, enteras y trate de cocinar todos los días. Una buena regla sería elegir frutas, verduras y vegetales de color vivos; mientras más color, más potencia nutricional. Se debe evitar las comidas blancas como los lácteos, harinas, y azúcares ya que estos son altamente procesados y ya no se parecen a su forma original. Son aceptables si son orgánicas y no están muy modificadas ni están lejos de su forma original. 
  • Las combinaciones de las proteínas, verduras, vegetales y carbohidratos son muy importantes. Nos enseñan a comer de todo pero esto es incorrecto; hay comidas que no combinan y no se digieren juntas en nuestro sistema. Los vegetales y verduras como el brócoli, la remolacha, la berenjena, la zanahoria etc van con todo y se pueden comer con proteína o carbohidrato. La proteína como la carne, pollo o pescado, sin embargo, se debe combinar siempre con las verduras, pero nunca con los granos ni carbohidratos como arroz, maíz, la papa, o los fideos. Otras combinaciones que se deben evitar son cualquier tipo de carne con lácteos (incluye salsa de crema, queso, etc), los lácteos con frutas (incluye el queso, yogur o licuado,) la sal con la leche, y la leche o el helado a la noche, ya que son demasiado pesados para digerir.
  • Evite comer cuando no tiene hambre. El sistema digestivo no está funcionando todo el día; se activa cuando uno tiene hambre y se apaga cuando el cuerpo llega a estar satisfecho, no cuando la mente esté satisfecha. Uno suele comer más si no presta atención. Una buena práctica sería no comer hasta llenarse sino dejar una 1/4 parte del estómago vacío para digerir, o dejar de comer un poquito antes de sentirse lleno. Debemos sentarnos a comer tranquilos y evitar comer parados, en el auto, o sin ningún tipo de estrés. Esto ayuda a que el sistema digestivo funcione con eficiencia. Terminar de comer y guardar todo también es importante porque así se finaliza la hora de comer y no se sigue picando, ya que la estos extra bocaditos no serán digeridos. Lo que se come de más no se absorbe sino se lo guarda, y esto nos tapa por dentro. El cuerpo es inteligente e intenta destapar lo no digerido quemándolo, lo cual crea inflamación en el cuerpo. Esta inflamación se va a sentir en los puntos débiles, lo cual explica por qué nos enfermamos de la misma manera o por qué una lesión vieja vuelve a molestar. Debemos comer cuando tenemos hambre porque es cuando el cuerpo está atento a poder digerir con potencia. Tres comidas al día son suficientes para nutrirnos bien.
  • Podemos estar disminuyendo la fuerza digestiva sin querer al beber líquidos mientras comemos. ¿Alguna vez preparó un asado y luego le tiro agua fría sobre las brasas? Seguramente no, porque esto apagaría el fuego. Es lo mismo con el cuerpo; los ácidos del estómago forman la fuerza digestiva, llamada Agni en Ayurveda, y cocinan la comida para utilizarla en cada proceso interno. Si diluimos la digestión con líquidos mientras comemos, corremos el riesgo de apagar el Agni, de no absorber bien, de crear un ambiente estancado, de hincharnos, y de cansarnos de antemano ya que toda la energía del sistema se irá al tratar de solucionar esta situación. Nuestra comida nos debe dar energía y no sueño, y si alguna vez sintió sueño después de haber comido, puede ser que su cuerpo haya tenido que estresarse de más para digerir bien. Tomar un poquito para bajar la comida esta bien, pero debemos evitar tomar mucho líquido cuando comemos, especialmente bebidas frías. Si uno tiene sed, es mejor tomar 30 minutos antes o después de la comida. 
  • Puede que falte fuerza digestiva y nuestro Agni, o fuego interno, esté débil. Para ayudar a encenderlo, pique jengibre y agregue sal rosada y limón. Tome un pellizco de esta mezcla antes de cada comida y esto volverá a encender el apetito tanto como la fuerza del sistema digestivo.

 

 

El sistema digestivo es la base de la salud. Cuídenlo este año para gozar de mejor salud, energía elevada, más vitalidad, un descanso mas profundo, y también poder expulsar lo tóxico que sobra en el cuerpo y así largar peso de exceso con mas facilidad y sentirse de mejor forma.

Estos pasos son sencillos pero haran una gran diferencia en como uno se siente en el dia a dia, y son un gran avance en la salud de nuestro cuerpo.